Sucumbes al dolor del día
Arrastras tus zapatos
sobre paredes de cenizas
Trepas al árbol de piernas
que no te lleva a ninguna parte
Inundas las ventanas
de gotas de lágrimas
derramadas por manos vacías
Mordisqueas las lonas
de hielo que cubren tu ser
Navegas entre las masacre
de corazones desvencijados
Buceas entre las estrellas
que se apagan a tu paso

Sucumbes al dolor de tu vida,
a esa, que se derramó
entre las sábanas de los días,
entre las comisuras de tus costuras,
entre las caricias de las tormentas
y los besos de las sombras ...

...

...

Maria Glez Méndez


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