Me confieso pecadora

Si la envidia es pecado,
me confieso pecadora
porque siento envidia
de la noche, de esa diosa
oscura y de ojos inertes
que sin embargo gozosa
contempla tu desnudez tibia
en esas horas largas y negras
en que mis ensombrecidas pupilas,
sin la luz del alba, no pueden verte.

María Elena Astorquiza V.
Foto:
Is there a chance
Petra Kaindel


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