El corazón de una mujer
Hace muchos años atrás cuando yo aún tenía a mis hijos solteros, una joven amiga y compañera de trabajo que esperaba a su segundo hijo me comentó con tristeza algo muy íntimo de su sentir, esperando que mi respuesta la ayudara. Me dijo que ella quería tanto al único hijo que tenía hasta entonces que tenía miedo de no poder querer a su segundo hijo en la misma forma, que le atemorizaba tener que quitarle amor al que ya tenía para darlo al hijo nuevo.
Me quedé mirándola unos momentos mientras pensaba en cada uno de los tres míos y en el cómo a mí nunca se me ocurrió esa pregunta, como los amé emocionada desde el primer momento en que supe que venían. Y entonces le respondí….mira, con tu primer hijo tu corazón creció un poquito para guardar ese nuevo amor que sentías, hoy tu corazón otra vez crece y al mismo tiempo que tu hijo para que llenes ese nuevo espacio con el amor que sentirás por él. No le quitas nada al mayor, solo agregas amor nuevo, no tengas miedo, vas a ver como cuando lo tengas en tus brazos, jamás recordarás estas dudas.
Mi amiga me sonrió complacida. Tuvo cuatro hijos hombres.
Hoy, leyendo el comentario de un amigo, he recordado esos momentos con la alegría profunda de darme cuenta que mi propio corazón siguió creciendo en la misma forma por cada uno de mis quince preciosos nietos. Cada uno tiene su espacio en mi corazón, cada uno me hizo esperarlo emocionada, anhelante y agradecida, cada uno me hace sonreír con sus alegrías y llorar con sus pequeñas penas o preocuparme por sus inevitables enfermedades.
El corazón de una mujer y supongo que el de los hombres también, tiene una capacidad infinita de regeneración de tejidos y crecimiento de nuevos espacios para llenarlos de amor verdadero y cada uno tan grande como el primero, amor por un hombre, amor por un hijo, amor por los nietos y no menciono el amor a Dios ni a los padres y hermanos porque esos compartimentos vienen incluidos en el diseño original…..
María Elena Astorquiza V.
Me quedé mirándola unos momentos mientras pensaba en cada uno de los tres míos y en el cómo a mí nunca se me ocurrió esa pregunta, como los amé emocionada desde el primer momento en que supe que venían. Y entonces le respondí….mira, con tu primer hijo tu corazón creció un poquito para guardar ese nuevo amor que sentías, hoy tu corazón otra vez crece y al mismo tiempo que tu hijo para que llenes ese nuevo espacio con el amor que sentirás por él. No le quitas nada al mayor, solo agregas amor nuevo, no tengas miedo, vas a ver como cuando lo tengas en tus brazos, jamás recordarás estas dudas.
Mi amiga me sonrió complacida. Tuvo cuatro hijos hombres.
Hoy, leyendo el comentario de un amigo, he recordado esos momentos con la alegría profunda de darme cuenta que mi propio corazón siguió creciendo en la misma forma por cada uno de mis quince preciosos nietos. Cada uno tiene su espacio en mi corazón, cada uno me hizo esperarlo emocionada, anhelante y agradecida, cada uno me hace sonreír con sus alegrías y llorar con sus pequeñas penas o preocuparme por sus inevitables enfermedades.
El corazón de una mujer y supongo que el de los hombres también, tiene una capacidad infinita de regeneración de tejidos y crecimiento de nuevos espacios para llenarlos de amor verdadero y cada uno tan grande como el primero, amor por un hombre, amor por un hijo, amor por los nietos y no menciono el amor a Dios ni a los padres y hermanos porque esos compartimentos vienen incluidos en el diseño original…..
María Elena Astorquiza V.
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| Con mi nietecito número 14 |
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